La hormona antimulleriana como marcador de la fertilidad

Tabla de contenidos

 

hormona antimulleriana

La hormona antimulleriana (AMH) es una proteína producida por los folículos, que se encuentran en los ovarios. El análisis de la AMH revela la calidad y cantidad de ovocitos de la mujer, es decir, el estado de su reserva ovárica. La reserva ovárica son los óvulos de los que dispone una mujer y que marcan su fertilidad. Si es buena, la probabilidad de conseguir el embarazo será mayor. Por tanto, si el nivel de la hormona antimulleriana es alto, la fertilidad de la mujer será buena.

Anteriormente, la reserva ovárica de la mujer se medía mediante una ecografía transvaginal y un análisis hormonal basal. Actualmente, la fertilidad se valora además, con el análisis de la AMH. Gracias a este análisis se amplía la información y los datos, ofreciendo un diagnóstico más preciso.

La hormona antimulleriana está presente en ambos ovarios y por igual en todos los folículos. Se mide mediante un análisis de sangre y se puede realizar en cualquier momento del ciclo menstrual de la mujer, a diferencia de los valores de otras hormonas (como la FSH o LH) que cambian dependiendo del momento en que se realice.  Unos valores altos de AMH indican que existe una alta probabilidad de que se obtengan buenos resultados en los tratamientos de reproducción asistida. A medida que la mujer cumple años, la AMH disminuye. Unos valores bajos de hormona antimulleriana puede ser indicador de una baja reserva ovárica, aunque siempre es necesario combinarlo con otras pruebas (análisis FSH o ecografía transvaginal) para verificarlo. Aunque no existen valores de referencia estandarizados, por lo general, son considerados normales los niveles de AMH entre 0,7 y 4 ng/ml, y los valores por debajo de 0,7 ng/ml pueden indicar una reserva ovárica baja.

La hormona antimulleriana en los tratamientos de reproducción asistida

Para calcular el porcentaje de éxito en los tratamientos de reproducción asistida, los especialistas valoran factores como la edad y el estado de la reserva ovárica. Esta última la miden mediante una ecografía y el análisis de la AMH. La hormona antimulleriana es un marcador de la fertilidad, de envejecimiento ovárico. Los valores de la AMH y el grado de respuesta en la estimulación ovárica, están relacionados, por lo que es una herramienta útil en las clínicas de fertilidad para medir el éxito en los tratamientos de reproducción asistida y determinar cuál es la técnica indicada para cada paciente.

Opciones ante una baja reserva ovárica

Si, el análisis de AMH indica que la mujer presenta una baja reserva ovárica, ésta tiene varias opciones para conseguir el embarazo. La más eficaz, y si todavía no desea ser madre, es preservar su fertilidad mediante la vitrificación de óvulos. Gracias a la congelación ultrarrápida de esta técnica, los óvulos mantienen la misma calidad de cuando fueron congelados y pueden ser usados más adelante cuando decida formar una familia.

Pide cita gratis