Hay tres técnicas de reproducción asistida principales: Inseminación Artificial, Fecundación In Vitro con gametos propios, y Fecundación In Vitro con Ovodonación. A esta lista se ha sumado otro tratamiento: la vitrificación de óvulos.
La Inseminación Artificial (IA) es un sencillo tratamiento que consiste en colocar en el útero los espermatozoides, -de la pareja o de un donante anónimo-, seleccionados previamente de una muestra de semen procesada en el laboratorio para mejorar su calidad. Los espermatozoides de mayor calidad se depositan en el útero de la futura madre con el objetivo de acortar la distancia entre el óvulo y los espermatozoides para favorecer la gestación.
La Fecundación In Vitro (FIV) es un tratamiento muy eficaz que consiste en unir espermatozoides y óvulos en el laboratorio, con el fin de crear los mejores embriones que serán transferidos al útero materno. A diferencia de la IA, la fecundación tiene lugar en el laboratorio y no en el aparato reproductor femenino. La técnica ICSI es un complemento de la FIV, mediante la cual se escoge al mejor espermatozoide y se introduce, mediante microinyección, en el interior del citoplasma del ovocito. Así, la inseminación es mucho más directa y por lo tanto, el porcentaje de éxito aumenta. Este porcentaje varía en función del tratamiento y de distintos factores relacionados con la mujer y su pareja (en el caso de tenerla), como la edad o la calidad de los gametos.
La Ovodonación es una variedad de la Fecundación In Vitro, en el que se recurre a los óvulos de una donante anónima para fecundarlos con el esperma de la pareja (o de otro donante). El embrión resultante se transfiere al útero materno. El porcentaje de éxito en la Ovodonación suele ser realmente alto, puesto que se asegura la calidad de los gametos: la probabilidad de conseguir el embarazo en el primer intento es de un 60%, pudiendo llegar a alcanzar hasta un 90% en los siguientes ciclos.
La Vitrificación de Óvulos permite preservar la maternidad con garantías. Cuando las mujeres decidan ser madres, podrán recurrir a sus óvulos, y éstos mantendrán la misma calidad que en el momento en que fueron congelados. Así se aumentan las posibilidades de conseguir el embarazo y de dar a luz un bebé sano libre de enfermedades cromosómicas asociadas a la edad materna. Esta técnica consiste en la congelación ultrarrápida de ovocitos, con el objetivo de que los óvulos no sean dañados. Se mantienen congelados a -196º en nitrógeno líquido, y se recurrirán a ellos en el momento en que decidan ser madres.
