Comunicación al niño de sus orígenes en reproducción asistida
Victoria Martínez, psicóloga de Clínicas EVA Murcia y especialista en fertilidad, nos aporta unas pautas de cómo debe ser la comunicación al niño de sus orígenes en reproducción asistida con donación de gametos.
Una pregunta que surge frecuentemente en las parejas que se someten a un tratamiento con donación de gametos es ¿debo contarle a mi hijo/a sus orígenes?. La ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Asistida garantiza el anonimato de los donantes, pero no contempla nada acerca de la comunicación a los hijos del método por el que han sido concebidos, por lo que da total libertad a los padres para que decidan qué hacer.
Aunque a veces se compara ese tema con el de la adopción existen diferencias sustanciales que lo hacen distinto: el niño que nace por donación de gametos no tiene un pasado de abandono, nunca ha tenido otros parientes u otra historia previa. Si no fuera por sus padres, este niño no existiría ya que con un solo óvulo o espermatozoide que el donante deja, nunca llegaría a ser persona. Al contrario de lo que sucede con las adopciones, estos niños, llegan a unos padres con un gran deseo de tener un hijo, viven al completo todo el proceso de la paternidad, incluyendo el embarazo y presentan unas expectativas previas de amor hacia el futuro niño.
Estudios recientes revelan que las razones por las que optan por mantener el secreto de la donación son principalmente: el miedo a provocar problemas psicológicos o de identidad al niño (deseo de protección), la creencia de que la relación se dañara si se revelan sus orígenes, el temor a la respuesta del niño y miedo al rechazo o discriminación social y/o familiar. Por otra parte, entre las razones para dar a conocer al niño sus orígenes están: evitar que el niño accidentalmente se entere y la creencia de que el niño tiene derecho a saber.
La familia en todo momento es libre de elegir una postura acerca de esta situación: contarlo al niño desde pequeño, esperar a que sea mayor o no revelarlo. Es una decisión personal y no hay una opción buena o mala ya que depende de las circunstancias y vivencias de cada familia.
Desde el punto de vista psicológico, si se toma la decisión de comunicar al niño sus orígenes, es preferible hacerlo a una edad temprana, ya que los niños procesan la información de una manera no problemática, las preguntas planteadas por los hijos ante esta cuestión se refieren a asuntos prácticos (sobre quién es el donante, si podrán conocerlo, etc.) y se podrá dar información de forma gradual, lo que ayudará a ir comprendiendo la situación poco a poco. Lo más importante de esta decisión y que debe primar por encima de cualquier otra cuestión es que siempre deben ser los padres los que se lo comuniquen al niño.
Existe un cuento titulado “Mi pequeño milagro” de la Dra. Pilar Dolz del Castellar, en el que aparece una bonita forma de explicarle a un niño pequeño el tema que estamos tratando y que puede ayudar mucho a los padres que no saben cómo hacerlo.
