¿Cuándo debería acudir a un especialista en reproducción asistida?

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especialista en reproducción asistida

La probabilidad mensual de embarazo en una pareja que mantiene relaciones sexuales regularmente es tan solo de alrededor del 20%. En un año, la probabilidad de conseguirlo es, aproximadamente, del 85%. Sin embargo, estos porcentajes varían en función de muchos factores, siendo el principal la edad de la mujer. Por eso, hemos creado un post sobre la fertilidad – en términos generales- según la franja de edad de la mujer, para saber cuándo es aconsejable acudir a un especialista en reproducción asistida.

Buscando el embarazo a los 20

Durante la veintena, la fertilidad femenina se encuentra en su pico máximo. La tasa de embarazo por mes de una mujer de 20 años oscila entre el 20 y 25%, y la incidencia de anomalías genéticas es de aproximadamente 1 entre 1000. Por ello, durante la veintena es una época óptima para tener un bebé. Por regla general, se recomienda recurrir a un especialista tras 12 meses sin conseguir el embarazo.

Buscando el embarazo a los 30

A partir de los 30, la mujer empieza a experimentar un declive en su fertilidad. Pero que exista este descenso no quiere decir que no pueda tener un bebé, sino que puede costar un poco más: la tasa de fertilidad por mes de las mujeres durante la treintena es de un 15%. A partir de los 35 años existe un punto de inflexión, cuando la disminución de su fertilidad es más acusada. Es recomendable que una mujer de más de 35 años consulte con el especialista en reproducción asistida tras 6 meses de búsqueda activa sin resultado positivo.

Buscando el embarazo a los 40

Pasados los 40, la probabilidad de que la mujer tenga un bebé es del 5%. Las mujeres que deseen tener un bebé a partir de los cuarenta, tendrían que acudir al especialista a los 3 meses intentando quedarse embarazadas sin éxito.

¿Cómo podemos favorecer nuestra fertilidad?

Además de la edad y de los problemas de alteración genética o de trastornos ovulatorios, hay otros factores que influyen en la capacidad de concebir: el estilo de vida y la alimentación.

  • Modera el consumo de alcohol y la cafeína. Consumir alcohol o cafeína en momentos puntuales puede no afectar a las posibilidades de conseguir el embarazo, pero cuando existen problemas para lograrlo, o se está en proceso de un tratamiento de fertilidad, es recomendable evitar el alcohol por completo y disminuir el consumo de cafeína.
  • Evita el tabaco. El tabaco reduce la fertilidad tanto de la mujer como del hombre. En ellas, fumar altera los niveles hormonales, disminuyendo los estrógenos e influyendo de manera negativa en la maduración folicular, en la calidad de los óvulos, y en la implantación del embrión.
  • Practica deporte. El ejercicio físico moderado diario activa el metabolismo, mejorando las funciones vitales, por lo que beneficia la fertilidad natural.
  • Evita el estrés. La ansiedad provoca alteraciones en el sistema hormonal, derivando en ovulaciones irregulares y contracciones uterinas que podrían reducir la fertilidad e impedir la implantación de los embriones. Para evitarlo, se recomienda practicar técnicas de relajación como el yoga o la meditación.
  • La importancia de una alimentación saludable. Un estilo de vida saludable siempre aportará ventajas a la madre y al futuro bebé. Una dieta equilibrada es fundamental para cubrir los nutrientes que mejoran la calidad de los óvulos, la implantación del embrión y el futuro desarrollo del feto.

 

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