Hoy os traemos un post en colaboración con la Asociación Red Nacional de Infértiles. Esta Asociación nace para ser un punto de encuentro entre mujeres infértiles, para escuchar, dar apoyo, aliento, ganas, fuerza y sobre todo Esperanza. Desde la Asociación también se quieren romper barreras y derribar todos los tabúes que existen alrededor de la infertilidad. Su objetivo es gritar al mundo que la Infertilidad existe y que se puede hablar de ella, sin juzgar, de una forma natural.
Clínicas EVA, colabora con Asociación Red Nacional de Infértiles, y le hemos pedido a la presidenta de la Asociación que nos cuente un poquito más sobre este bonito proyecto. Si os asociáis a la Asociación Red Nacional de Infértiles, encontraréis grandes descuentos en nuestras clínicas, además de otros muchos beneficios, como estar arropado por un grupo de mujeres que está pasando por lo mismo que tú. Os dejamos con el testimonio de su presidenta.
Testimonio Asociación Red Nacional de Infértiles
Soy Helena, presidenta de la Asociación Red Nacional de Infértiles.
Me gustaría contarte un poquito el porqué, el motivo por el que creamos la asociación.
Hace unos años pasé por la mayor crisis vital de toda mi vida. Dani y yo queríamos ser papás, queríamos tener un hijo, pero lo que en principio comenzó como la búsqueda de un sueño maravilloso acabó convirtiéndose en una pesadilla. Una pesadilla en la que nos sentimos tremendamente solos e incomprendidos. Llegó un momento en que incluso dejamos de tener vida social y de relacionarnos con los amigos o colegas. El corazón quemaba demasiado viendo cómo avanzaba la vida de los demás mientras la nuestra estaba en stand by, demasiado doloroso recibir noticias de embarazos y sentir que aunque te alegrabas por ellos también te desgarraba el alma. Me sentí culpable, mala persona y el ser más egoísta de esta tierra por no poder acompañar a mi gente en su felicidad más absoluta. (Por suerte aprendí que lo que sentía era normal, que formaba parte del proceso. No poder tener un hijo cuando lo deseas con todas tus fuerzas es seguramente la crisis vital más grande por la que una mujer/hombre vaya a vivir en su vida)
Pasaba el día buscando por Internet. Información, diagnósticos, pruebas, síntomas…
Un día encontré un blog sobre infertilidad que me sacó del agujero en el que vivía. Comencé a conocer a otras mujeres en mí misma situación. Estaban luchando desesperadamente por ser mamás y sentían lo mismo que sentía yo. Del blog pasamos a Twitter y poco a poco fuimos formamos una gran familia. Gracias a ellas empecé a ver la luz al final del túnel, me dieron la fuerza necesaria para seguir luchando. La comprensión y el apoyo que me faltaba en mi “mundo real”.
Un poco antes de mi segundo tratamiento de reproducción asistida comencé a ser consciente de lo que me había ayudado conocer a otras personas en mi misma situación. Me di cuenta de lo mucho que a mí me costó encontrarlas, de lo solas que nos habíamos sentido todas antes de conocernos.
La infertilidad es una enfermedad desconocida por la sociedad. Esto hace que no se tome en serio. Que se hagan comentarios y frases hechas muy dolorosas que hacen que nos encerremos y no compartamos nuestro vía crucis.
A día de hoy, una parte de la sociedad sigue sin aceptar que se puede ser papá y mamá de muchas maneras y que todas las opciones son válidas y maravillosas (FIV, donacion de esperma, de óvulos o embriones etc).
Tomé una decisión y la compartí con dos compañeras de batalla: ¿qué os parece si creamos una asociación para acompañar a las personas con infertilidad?
Y así nació Red Nacional de Infértiles, una asociación sin ánimo de lucro que lucha por dos grandes objetivos (entre otros):
- que ninguna mujer/hombre vuelva a sentirse solo en el camino nunca más.
- Que la infertilidad deje de ser desconocida. Que se sepa lo que es, los distintos y múltiples diagnósticos, los tratamientos y sobre todo lo que emocionalmente supone vivir la lucha por poder tener un hijo.
Es un trabajo (voluntariado) precioso. Ayudar a otras mujeres, a otras parejas, acompañarlas… Como yo digo, es devolverle a la vida el gran favor que nos hizo a nosotras poniéndonos en nuestro camino a otras personas en nuestra misma situación.
También es duro y sacrificado. Tenemos que robarle horas al día y luchar con mil y un obstáculos.
Es un proceso lento y a largo plazo. Cuesta mucho trabajo llegar a la gente. ¡Incluso concienciar a las propias parejas que están sufriendo la infertilidad cuesta!
Quizá no somos del todo conscientes de que no se trata sólo de nosotros sino del futuro de esos hijos por los que hoy luchamos por tener en brazos. Nuestra reivindicación también es por ellos. Para que si el día de mañana se encuentran de frente con la infertilidad la sociedad ya conozca, acepte y entienda la enfermedad. ¿Te imaginas qué diferente sería para ellos?
Y en eso estamos. Luchando con todas nuestras fuerzas por acompañar y normalizar.
