En nuestra sociedad actual vivimos un conflicto entre la edad para ser madre y la edad biológica para ser madre. Debido a diferentes motivos, la maternidad cada vez se retrasa más, y con ella el ovario pierde la capacidad de producir ovocitos imprescindibles para conseguir el embarazo y traer un bebé sano al mundo.
Una mujer de cuarenta años, anteriormente era una señora, ahora es una chica; pasando de la cuarentona a la “cuarentañera”.
Y tenemos nuestras metas; queremos desarrollar una carrera profesional, tener una estabilidad emocional, económica y buscar pareja, por lo que nos plantamos con treinta y muchos años cuando decidimos ser madres.
En la actualidad, el promedio es comenzar a buscar el primer hijo pasados los 30 años.
Ante esta situación, muchas mujeres cuando se plantean ser madres, deben recurrir a la donación de óvulos. Ser madre a partir de los 40 años es cada vez más habitual en España. Aproximadamente un 8,3% de los partos son de madres por encima de los 40, una cifra que además va en aumento.
Aunque realmente la mujer es capaz de quedare embaraza en cualquiera de sus menstruaciones, a partir de los 35 años la cantidad y calidad de los óvulos disminuye considerablemente. Desgraciadamente, los óvulos envejecen. Desde el punto de vista biológico, la fertilidad en la mujer se mantiene intacta hasta los 27 años, donde comienza a descender un poco y a partir de los 35 años, su calidad ovocitaria desciende de forma drástica.
Las mujeres nacemos con una reserva ovárica concreta, estimada en general en un millón de óvulos. En cada ciclo menstrual perdemos unos mil. De este modo, al llegar a los 35 años tenemos una reserva del 10%.
A partir de los 40 años, la posibilidad de embarazo de forma natural es de menos del 5% en cada ciclo menstrual.
Por encima de los 40 años más del 50% de los óvulos están alterados cromosómicamente. A partir de los 42 años la cifra asciende al 75%.
En la fecundación in vitro con óvulos de donante, se utilizan ovocitos sanos donados por mujeres anónimas, que serán fecundados por espermatozoides de la pareja o de un donante masculino anónimo. En este caso, la tasa de embarazo por transferencia en mujeres a partir de los 40 años es de aproximadamente el 53%.
Afortunadamente, esta técnica proporciona las mayores tasas de embarazo para todas aquellas mujeres que no quieren renunciar a su sueño de ser madre.
Además, tiene importantes ventajas para la futura mamá, ya que no necesita estimulación hormonal ovárica, y al mismo tiempo presenta el menor riesgo de aborto por enfermedades cromosómicas ligadas a la edad de la paciente.
La ovodonación es hoy una esperanza para distintos perfiles de pacientes, mujeres mayores de 40 años, chicas con menopausia precoz, jóvenes con fallo ovárico, mujeres que perdieron los ovarios debido a una endometriosis o un cáncer en la zona o aquellas que se han sometido a tratamientos de Fecundación in Vitro (FIV) sin éxito, entre otras indicaciones.
Recurrir a una donante anónima puede preocupar inicialmente a las pacientes, pero cabe señalar que se trata de una opción segura y eficaz. La ovodonación, desde la década de los 90, lleva utilizándose como una técnica muy satisfactoria para parejas que de otra manera no podían conseguir una gestación.
¿Por qué la ovodonación ofrece tasas de éxito altas?
Esto se debe, entre otras muchas causas, a que la edad de las donantes de óvulos nunca supera, por ley, los 35 años. Las donantes de óvulos donan ovocitos de gran calidad, los cuales han sido cuidadosamente estudiados y seleccionados. Consecuentemente, la tasa de éxito es mayor cuando se trabaja con óvulos en los que la calidad ha sido certificada.
¿Es realmente segura la ovodonación?
La ovodonación es una técnica segura para la paciente, y la preparación de la receptora es más sencilla que en una FIV convencional. Lo principal es hacer coincidir el ciclo menstrual de la receptora con el de la donante. Esto puede hacerse de forma natural o mediante la administración de hormonas, una opción más exacta. Lo que se pretende también con dicha medicación es que la mujer desarrolle el endometrio como lo desarrollaría si se quedara embarazada de forma natural, preparándolo así para la recepción de embrión.
