La ligadura de trompas es una intervención quirúrgica que consiste en bloquear ambas trompas de Falopio para evitar el embarazo. La cirugía bloquea el paso de los espermatozoides hacia el óvulo, y del óvulo hacia el útero, por lo que la fecundación entre el espermatozoide y el óvulo no puede producirse. Es un método anticonceptivo considerado permanente, indicado para aquellas mujeres que están seguras de no querer tener hijos en el futuro o para aquellas que el embarazo puede suponer un riesgo para su salud. Pero, en caso de que las mujeres con las trompas ligadas, decidieran volver a tener un hijo, podrían conseguirlo mediante dos opciones: la cirugía de reversión de ligadura de trompas, o recurriendo a la reproducción asistida, con la Fecundación In Vitro.
¿Qué son las trompas de Falopio?
Las trompas de Falopio son dos conductos musculares que conectan el útero con los ovarios y que son fundamentales para conseguir el embarazo de manera natural. En cada ovulación de la mujer, el ovario librea un óvulo que se desplaza por la trompa de Falopio hacia el útero. Si, en ese momento, un espermatozoide consigue fecundar el óvulo, el embrión formado a partir de esa unión, seguiría el recorrido por la trompa hasta el útero.
En caso de que la mujer, por distintas razones de la vida, decida volver a tener un hijo, pueden conseguirlo mediante la reversión de la ligadura, o a través de la reproducción asistida, en concreto con la Fecundación In Vitro.
Ser madre tras ligadura de trompas
La ligadura de trompas, por tanto, bloquea el paso de los espermatozoides hasta el óvulo, y del óvulo hasta el útero impidiendo que se produzca la fecundación. Sin embargo, la ovulación y los ciclos menstruales no sufren alteración alguna. Pero con la reproducción asistida se puede conseguir: gracias a que la fecundación se produce fuera del cuerpo de la mujer, -en el laboratorio- la Fecundación In Vitro es la mejor alternativa y la más eficaz para conseguir el embarazo.
La Fecundación In Vitro permite la fecundación entre el espermatozoide y el óvulo, lo que normalmente sucedería en el cuerpo de la mujer. En el laboratorio se unen los espermatozoides con los óvulos de la mujer, y el embrión resultante se transfiere al útero materno.
Por esto, la FIV se convierte en la opción más eficaz para volver a ser madre sin que la paciente se tenga que someter a una intervención quirúrgica.