¿Cuándo es beneficiosa la ayuda psicológica en la infertilidad?

Las parejas, tras un diagnóstico de infertilidad, suelen experimentar cinco etapas, shock, enfado, negociación, desesperanza y aceptación. La ayuda psicológica es muy importante para aprender a sobrellevarlas. Eva Hernández, nuestra psicóloga experta en fertilidad, nos lo cuenta.

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El diagnóstico de un problema de infertilidad/ esterilidad puede suponer una alteración de vuestro equilibrio emocional que genera desorganización, desesperanza, tristeza, ansiedad y confusión. Puede desestabilizar el equilibrio emocional y de pareja. La autoestima se suele resentir y surgen sentimientos de culpabilidad y desesperanza. ¿Cuándo es beneficiosa la ayuda psicológica en la infertilidad?

La infertilidad es una experiencia que implica múltiples pérdidas o duelos para cada miembro de la pareja, como son la pérdida de la posibilidad de poder tener un hijo con la pareja con la que compartís vuestra vida, la pérdida del control de múltiples aspectos de la vida, la pérdida de la continuidad genética y del enlace entre el pasado y el futuro,  etc.

Por ello, como si de otro duelo se tratara, las parejas soléis vivir las cinco etapas del duelo: Shock, Enfado, Negociación, Desesperanza y Aceptación. Será muy importante que aprendáis a identificar estas etapas para aceptar las emociones y canalizarlas.

Fases en las que es muy beneficiosa la ayuda psicológica en fertilidad

1. Toma de decisión de inicio de un tratamiento de reproducción asistida:

Someterse a un tratamiento por infertilidad produce en casi todos los casos intensas e importantes alteraciones emocionales y de estrés en los pacientes.

No hay que olvidar que el estrés actúa a través de diferentes mecanismos, que entre otros efectos produce una alteración en las hormonas de la fertilidad y la influencia negativa en diferentes parámetros asociados a la calidad y movilidad del semen.

Por ello, la importancia de reducir el estrés agudo durante el tratamiento mediante técnicas psicológicas como la relajación muscular progresiva, el entrenamiento en imaginación, meditación, la visualización positiva y las técnicas breves de relajación basadas en la respiración diafragmática.

ayuda psicológica en la infertilidad

2. Fase de espera tras la técnica de reproducción asistida, coloquialmente conocida como la Betaespera:

El momento de mayor estrés es el que transcurre entre la transferencia del embrión y la prueba de embarazo. Tanto en el tratamiento de inseminación artificial como en la fecundación invitro.

3. Tras un resultado negativo

Pese a que es frecuente la alta motivación en el objetivo de conseguir un embarazo, investigaciones recientes demuestran que un porcentaje elevado de pacientes abandonáis el tratamiento por deseo propio, siendo el motivo más frecuente para finalizar el tratamiento la carga emocional.

Hay que tener en cuenta que aunque el primer ciclo de tratamiento es el que origina resultados estadísticamente más satisfactorios, los intentos múltiples mejoran la probabilidad de conseguir un embarazo.

Debido a ello, la ayuda psicológica en los momentos de resultado negativo son muy importantes para reducir la tasa de abandono de los tratamiento y por consiguiente en la mayor tasa de embarazos.

Siendo las principales funciones: Contribuir a la calma de ansiedad, Reforzar la autoestima, Mejorar la comunicación con el equipo médico, Facilitar la expresión emocional.

Estudios han demostrado los beneficios del apoyo psicológico en todas las etapas, destacando, entre otros efectos: (Grupo de Interés de Psicología de la Sociedad Española de Fertilidad)

  • Disminución en niveles de ansiedad, estrés y depresión.
  • Mayor autocontrol emocional.
  • Mayor autocontrol cognitivo para neutralizar los pensamientos negativos, las anticipaciones de fracasos y las anticipaciones de fracasos y las reevaluaciones de los mismos.
  • Refuerzo de la autoestima.
  • Mayor optimismo y cooperación en el tratamiento.
  • Incremento de la confianza y comunicación con el equipo médico.
  • Mejora de las dificultades de relación de pareja surgidas como consecuencia de los tratamientos.
  • Aumento de la percepción de calidad de vida y de bienestar personal.
  • Incremento de la percepción de control frente al seguimiento pasivo de los tratamientos.
  • Toma de decisiones más adecuadas y una consecuente mejor integración de los pacientes en todo el proceso médico.
  • Prevención y mejoría del desajuste psicológico cuando la situación de infertilidad se alarga.

 

 

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