¿Cómo decidir si recurrir a la donación de gametos?

Recurrir a la donación de gametos es una decisión importante que puede acercar a las parejas a su sueño. Pueden surgir dudas sobre este tratamiento, a nivel individual, de pareja y sobre el futuro hijo. Nuestra psicóloga Reyes López nos habla del tema.

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Los motivos principales que nos llevan a tomar la decisión de ser padres, suelen ser, por una lado, el deseo de tener hijos para darles amor, cuidarles y guiarles a lo largo de sus vidas. Y por otro lado, concebir un nuevo ser que será parte de nosotros, con nuestros genes, rasgos, costumbres, etc.

De esta manera, cuando hay problemas de fertilidad y la única opción para ser padres son los tratamientos con donación de gametos, suelen surgir muchas dudas, a nivel individual, de pareja y sobre el futuro hijo. Muchas veces estas dudas aparecen por falta de información. Por lo que la elección de este tipo de tratamientos debe ser una decisión bien pensada y meditada, acorde con nuestras creencias y valores.

¿Qué dudas suelen aparecer cuando se tiene que recurrir a la donación de gametos y cómo resolverlas?

Las primeras cuestiones que nos debemos plantear son

Debemos ser conscientes de nuestra motivación, y ver qué tiene más importancia para nosotros, si dar amor y cuidados, o tener un hijo con unas características parecidas a las nuestras. Además, debemos tener en cuenta que la genética que tiene un ser humano, no determina sus hábitos, sus valores, sus costumbres, ni su forma de pensar, sentir y actuar. Estas características solo se obtienen a través de la educación y del ambiente en el que criamos a nuestros hijos.

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En segundo lugar, debemos informarnos del proceso de selección de donantes, para aclarar todas las dudas relacionadas con la genética del futuro hijo y la motivación y derechos de la persona donante. En España, la ley de reproducción humana asistida (Ley 14/2006), señala que a la hora de seleccionar donantes de gametos, se debe realizar una evaluación biomédica y psicológica, para descartar incompatibilidades y posibles enfermedades y trastornos. También contempla que la asignación de la donante se debe realizar procurando garantizar la mayor similitud fenotípica (características físicas) e inmunológica posible con la mujer receptora. En cuanto a los derechos de la persona donante, la ley indica que la donación será anónima y deberá garantizarse la confidencialidad de los datos de identidad de los donantes.

Otra duda muy importante que debemos resolver es, ¿debemos contarle a nuestro hijo sus orígenes? Rotundamente sí. En una relación afectiva sana, lo mejor es no tener secretos, ya que la sinceridad favorece la relación padres-hijos. A partir de los 3 hasta los 8 años, es un buen momento para tratar el tema, puesto que en estas edades empiezan a construir su identidad y a hacer preguntas sobre sus orígenes. De esta forma, los padres debemos ser quienes se lo cuenten, aprovechando la curiosidad del niño, adaptando las respuestas a su edad. Hay que explicarles lo que pueden entender y no ir más allá, y a medida que va pasando el tiempo, ellos mismos irán pidiendo más información. Es importante planificar las respuestas y la información que vamos a dar, para que no nos cojan por sorpresa sus preguntas, y no sepamos qué contestar. También podemos ayudarnos de ejemplos, cuentos, dibujos, juegos, etc., para que puedan asimilar mejor la información.

Por último, debemos ser conscientes y capaces de transmitir a nuestro hijo este mensaje, que las características que constituyen a las personas, solo se obtienen con la interacción padres-hijos. Para ello, hay que tratar el tema con naturalidad y normalidad, dándole confianza para hablar sobre él cuando quiera, sin crear tabúes.

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