El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) es un nuevo método de diagnóstico que apoyándose en las técnicas de reproducción asistida informa sobre el estado de cada uno de los embriones antes de su implantación en el útero, identificando posibles enfermedades genéticas y malformaciones congénitas que puedan afectar al feto una vez establecida la gestación. Este diagnóstico permite que únicamente los embriones sanos sean transferidos al útero. La técnica del DGP es el resultado de la combinación de una Fecundación in Vitro/ ICSI y el análisis genético, el cual se obtiene realizando una biopsia embrionaria.
¿En qué consiste la biopsia embrionaria?
La biopsia embrionaria es un método mediante el cual se obtiene información genética del embrión. Para realizar el estudio primero es necesario obtener el embrión. Esto se consigue mediante la técnica de reproducción asistida de Fecundación In Vitro /ICSI.
Una vez obtenido el embrión, el diagnóstico genético se lleva a cabo en el tercer día del desarrollo del embrión, cuando éste tiene aproximadamente ocho células idénticas o blastómeras, cada una de las cuales contiene toda la información genética necesaria para hacer el diagnóstico. Para realizar la biopsia embrionaria se extraen una o dos células, sin afectar negativamente al desarrollo o capacidad de implantación del embrión.
La célula obtenida mediante biopsia es procesada para su análisis y sometida a estudio genético. El análisis se realiza mediante la técnica de Hibridación In Situ Fluorescente (FISH) o Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) según la patología a analizar.
Proceso posterior a la biopsia embrionaria
Tras la biopsia embrionaria se decide qué embriones van a ser transferidos en función de la dotación cromosómica y de las características morfológicas de viabilidad embrionaria. Los embriones seleccionados se transfieren al útero mediante una sencilla técnica. La colocación de los embriones se realiza con un catéter específico y el proceso no requiere de sedación pues no es un doloroso.