Cuando se lleva un tiempo intentando tener hijos, y no llegan, es frecuente oír eso de “Relájate, no pienses, y ya verás cómo te quedas embarazada”. Pero, ¿de verdad existe relación entre el estrés y la fertilidad? La respuesta es sí, pero…¿de qué manera afecta el estrés a la fertilidad femenina y masculina?.
El estrés en sí mismo, no es algo negativo, es una respuesta adaptativa del organismo, a un estímulo o a una situación que nos resulta inquietante. Puede ser como respuesta a algo positivo, como preparar un viaje, o a algo negativo, como no conseguir un embarazo. Por otro lado, cuando el estrés es puntual, no pasa nada, porque nos está preparando para afrontar una situación. Pero cuando se mantiene en el tiempo, el sistema endocrino deja de funcionar con normalidad y surgen los problemas.
¿De qué manera afecta el estrés a la fertilidad femenina y masculina?
Cuando hay un estrés continuado, se produce un aumento de la prolactina, lo que provoca una ovulación irregular e incluso la anovulación. Además, para que haya una buena implantación y el embarazo siga adelante, es necesario que haya unos buenos niveles de estrógenos y progesterona. Pero con el estrés, aumenta el cortisol y estas hormonas disminuyen, por lo que, aunque el óvulo se fecunde, habrá una mala implantación, y lo más probable es que el embarazo no siga adelante. En cuanto a los hombres, el estrés crónico, disminuye tanto la cantidad como la calidad del esperma.
No obstante, no hay un consenso claro sobre la relación de estos dos factores. Hay estudios que afirman que el estrés influye significativamente en la fertilidad, y otros que demuestran que la proporción de mujeres con estrés, en tratamiento de reproducción asistida, que consigue un embarazo, es la misma que sin estrés. Sin embargo, lo que sí que está claro es que el 20% de las causas de infertilidad es de origen desconocido, es decir, no hay ninguna causa médica que impida la concepción y el embarazo. Por lo que habrá que seguir investigando esta relación.