¿Qué emociones surgen ante la dificultad para tener hijos?
Cuando una pareja, tras consolidar su relación afectiva, decide formar un proyecto de vida en común, generalmente decide tener hijos biológicos dentro de la misma. Este deseo de tener hijos se vive por ambos miembros con gran ilusión y esperanza, generándose una serie de expectativas ante una posible maternidad/paternidad.
Pero conforme pasa el tiempo y no se logra un embarazo, en un intervalo de tiempo que se considera adecuado para que este ocurra, las emociones positivas que lo conformaban van disipándose. Entonces empiezan a emerger sentimientos de inquietud, de preocupación, de sorpresa, intentando buscar respuestas a esta imprevista realidad. Así, ante la situación de no lograr un embarazo, pueden surgir en la pareja dos opciones para resolverla, relacionada con su capacidad de afrontamiento hacia las dificultades y con su capacidad hacia la resolución de conflictos. Entonces, pueden actuar y decidir consultar con un especialista, para conocer cuál es el motivo de su dificultad para tener hijos o tomar una actitud pasiva, más basada en la decisión de no consultar y en el fondo de no querer saber, e ir dejando pasar el tiempo a ver si por si solo puede ir resolviéndose el problema.
Es importante matizar que, la decisión de consultar a un especialista y que éste les pueda decir, tras realizarles diversas pruebas que los resultados de las mismas muestran la existencia de infertilidad y/o esterilidad en uno o ambos miembros de la pareja, es una situación difícil de afrontar y asumir, ante la cual la pareja puede responder de distintas formas, a nivel emocional. Porque no sólo es aceptar la dificultad para poder tener hijos, sino además como este hecho se vivencia a nivel emocional por cada uno de ellos y que sentimientos emergen hacia el otro miembro de la pareja.
Así, pueden surgir dentro de la pareja distintas actitudes como. Emociones que surgen ante la dificultad para tener hijos:
- La negación de la situación (“no es posible que me/nos esté pasando esto”, “no me lo puedo creer”, “se han equivocado, se han tenido que confundir”, “consultaremos a otro especialista”).
- Sentimiento de tristeza, de pérdida ante la dificultad de tener hijos, (“no voy a poder ser madre/padre”, “ya no voy a tener un bebé”, “ya no tiene mucho sentido mi vida”).
- Baja autoestima (“ya no soy tan mujer/hombre”, “ya no valgo”, “me falta algo” “soy un/a inútil”)esto es debido porque todavía culturalmente está muy ligada la posibilidad de tener hijos a la validez que pueda darse a una persona, cómo si esta capacidad fuera una cualidad inherente que tuviera que tener una persona para poder considerarla como valiosa.
- Emociones de rabia, de enfado ante la frustración de no poder tener hijos. Y este sentimiento puede dirigirse hacia uno mismo (“¿cómo me ha podido pasar esto?”, “¿por qué a mí?”)o hacia la pareja, sí este es el responsable de la infertilidad/ esterilidad (“cómo he podido elegir a este hombre/mujer con otra no me hubiera pasado esto”).
- También un sentimiento de culpa que sería distinto sí en la pareja no existe, en ninguno de ellos, una prueba objetiva que explique la imposibilidad de tener hijos. Cómo que,sí exista enuno o en ambos miembros de la pareja una razón que sea la causante de que se de esta situación. Siendo generalmente en este segundo supuesto, una emoción mucho más intensa y dolorosa (“si no hubiera hecho aquello, esto no hubiera pasado”, “si no fuera por mí, mi pareja podría tener hijos”, “debido a esto, mi pareja me dejará”).
Así que, es muy importante, ante todas estas emociones y actitudes que aparecen, cómo la pareja puede llegar a afrontarlas y resolverlas satisfactoriamente evitando a la vez, que su relación no se resienta y se deteriore. Por lo que sería fundamental, con esta finalidad, que dentro de la misma se desarrollaran los siguientes aspectos:
- Fomentar la comunicación entre la pareja, expresando las emociones que siente cada uno de ello, utilizando la escucha activa.
- Facilitar la expresión de los afectos, lo que se siente, lo que se vivencia. Desde la base de una buena y madura relación afectiva, surgirá la confianza y el apoyo mutuo para enfrentar juntos esta situación.
- Aceptar al otro, tal como es, reforzará la relación, sintiéndose la pareja más plena y feliz. Sí esto no sucede, el resentimiento y la frustración incidirá negativamente en la relación de pareja.
- Asumir plenamente la dificultad para tener hijos favorecerá la elaboración de la pérdida o del duelo debida a esta situación a la vez que posibilitará la creación de alternativas ante la misma.
En síntesis, la dificultad para tener hijos biológicos puede afectar en un primer momento a la relación de pareja pero sí existe entre ellos un gran afecto y una buena capacidad para asumir, afrontar y resolver situaciones difíciles podrán superarlas adecuadamente. También, puede facilitarles plantearse distintas alternativas en relación con su infertilidad, iniciando tratamientos de fertilidad que puedan hacer realidad en la pareja, su deseo de tener un hijo
