El primer bebé nacido en España fruto de la reproducción asistida, mediante el tratamiento de Fecundación In Vitro, ha cumplido treinta años. Ha pasado una treintena desde que las técnicas de reproducción asistida irrumpieron en nuestro país, un acontecimiento que marco un hito en la medicina de fertilidad y que ha supuesto un antes y un después para muchas parejas con problemas para concebir. En el fin de semana en que la Fecundación In Vitro en España cumple en España 30 años hacemos un repaso de la evolución que se ha vivido en el mundo de la reproducción asistida.
El primer bebé nacido por Fecundación In Vitro en España cumple 30 años
Victoria Anna es el nombre del primer bebé que llegaba al mundo gracias a las técnicas de reproducción asistida hace ya 30 años. Nació el 12 de Julio de 1984, una semana antes de lo previsto con 2,470 kilos de peso. Desde entonces son muchos los bebés que han llegado al mundo gracias a la reproducción asistida., se calcula que 5,5 millones de personas son fruto de una Fecundación In Vitro en la actualidad. Las técnicas también han evolucionado notablemente, al igual que han cambiado los perfiles de las personas que requieres tratamientos de fertilidad.
Las técnicas de reproducción asistida han impulsado nuevos modelos familiares, porque, si bien la mujer que recurría a la FIV en los años 80 estaba casada o vivía en pareja, actualmente mujeres sin pareja masculina o con pareja femenina utilizan estas técnicas. La aparición de estos nuevos modelos de familia ha propiciado también la evolución y aparición de nuevos tratamientos, como la FIV método ROPA, un tratamiento exclusivo para matrimonios formados por dos mujeres que desean ser madres, pudiendo ambas participar activamente en traer al mundo a su bebé.
La diferencia del método ROPA frente a los otros dos tratamientos es que se trata de una opción más atractiva porque las dos mujeres participan activamente en la creación y nacimiento del bebé. Consiste en extraer y fecundar los óvulos de una de ellas e implantar el embrión obtenido en el útero de su pareja. Ambas mujeres juegan un papel determinante: una será madre biológica (aportando el óvulo) y la otra será madre gestante (la que queda embarazada, y da a luz).
