Duelo genético: qué es y cómo superarlo

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La idea de que un bebé no vaya a obtener la herencia genética de sus padres puede ser muy duro. Renunciar a ese componente genético puede generar dolor, frustración, miedo o tristeza. Estas sensaciones emocionales de pérdida son algo totalmente normal entre los progenitores. 

te explicamos qué es el duelo genético

Los padres pueden llegar a plantearse dudas sobre su vinculación con el bebé y experimentar emociones negativas al saber que no compartirán la misma genética. También existe la preocupación y dudas de cómo podremos afrontar las futuras preguntas de su hijo sobre su origen.

Sin embargo, sabemos que a lo largo de nuestra vida hay muchas maneras de dejar huella de nuestro paso. Ser padres no solo se trata de la genética, sino del amor, la educación, transmitir nuestros valores poco a poco.

En EVA somos conscientes de las diferentes etapas que atraviesan las futuras madres y padres. Por ello, queremos ayudaros a entender que es el duelo genético, cómo puede afectar a los progenitores y las distintas maneras de abordarlo. 

¿Qué es el duelo genético?

Cada vez son más las parejas que recurren a la reproducción asistida para lograr ser padres. Según la OMS, estas parejas actualmente son más de 48 millones en todo el mundo, ya que se ven afectadas por la infertilidad, entre otros factores.

Estos tratamientos suelen generar una reacción emocional totalmente natural la cual conocemos como “duelo genético”. Entendemos el duelo genético como la reacción emocional que aparece en las pacientes que no pueden utilizar su propio óvulo/semen para concebir. Para estas personas, este hecho supone una pérdida de su capacidad reproductiva.

Cómo afecta psicológicamente la infertilidad a la mujer 

¿Seré yo la culpable?¿Y si nunca puedo llegar a ser madre? Estas son algunas de las preguntas que rondan por las cabezas de la mayoría de mujeres que quieren ser madres y por cualquier motivo no consiguen lograrlo. 

La búsqueda de un bebé es un momento de ilusión para cualquier mujer. Sin embargo pueden surgir algunos problemas a la hora de quedarse embarazadas e incluso ocasionar consecuencias psicológicas.

Algunos de los sentimientos negativos que experimentan las mujeres con problemas de fertilidad son los siguientes:

  • Culpabilidad y rechazo por no lograr el embarazo.
  • Miedo de no poder ser madre en un futuro.
  • Ansiedad por no poder gestionar la nueva situación a la que se va a enfrentar.
  • Pérdida del autoestima y la confianza en una misma.
  • Aislamiento social.

Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), entre el 25  y el 65% de personas que recurren a tratamientos de reproducción asistida tras no poder concebir de forma natural, manifiestan síntomas psicológicos. Por ello, el apoyo de un especialista ayudará a superar estos sentimientos y a entender que hay otras vías a las cuales se puede recurrir para conseguir el sueño de ser mamá, ya sea de forma independiente o en pareja.

duelo genético para la mujer y el hombre

Y al hombre, ¿afecta de igual forma la infertilidad masculina a la pareja? 

Generalmente, se le da más voz a la infertilidad femenina, pero es cierto que hay un gran porcentaje de hombres que también padecen infertilidad y que les generan situaciones psicológicas y emocionales por la imposibilidad de tener hijos.

La infertilidad masculina puede verse acompañada por la discriminación social ya que se suele relacionar directamente con la disfunción sexual y ver su masculinidad comprometida. Pero no en todos los casos es este el motivo, ya que existen otros por los cuales puede existir la infertilidad masculina.

Los hombres que requieren de tratamiento de reproducción asistida se sienten más responsables de la infertilidad y por ende suelen tener mayor carga de estrés. Algunos de los momentos más críticos y que afectan psicológicamente al hombre durante el tratamiento son: 

  • La estimulación ovárica de su pareja.
  • La espera del informe de fertilización.
  • La transferencia de embriones.
  • La espera del resultado del embarazo.

El duelo genético suele aparecer de forma más aguda en los hombres ya que desarrollan sentimientos frustrados de no haber participado en ninguna de las fases del proceso de embarazo.

Cuando el hombre es el causante de la infertilidad, al igual que ocurre con la mujer, se recomienda el apoyo de psicólogos especialistas en infertilidad para no afrontar los problemas de forma pasiva y evitar caer en la resignación.

¿Cómo superar el duelo genético? 

La superación del duelo genético requiere paciencia, ya que es un proceso al cual hay que darle tiempo. Tiempo en el cual debes centrarte en comprenderte y sobre todo cuidarte. Permite a tus emociones salir hacia el exterior y exprésate sin miedo.

Como  con cualquier pérdida dolorosa, es recomendable recurrir al asesoramiento de profesionales y apoyarse en psicólogos especializados que te ayudarán a afrontar la situación de una manera saludable.

Busca apoyo para gestionar el duelo en el bebé que está creciendo en ti. Sólo tú sabes el vínculo que puedes encontrar con él desde el minuto uno de la gestación, dedica tiempo a hablar con tu bebé, él te escucha y te siente.

Por último, no te olvides de aquellos que tienes a tu alrededor. Tu familia, tus amigos y tu pareja son los más adecuados para apoyarte en esta superación. Procura mantener una comunicación fluida y abierta con ellos ya que, aunque no lo creas, ellos saben como te puedes sentir y empatizar contigo.

En Clínicas Eva, te acompañamos durante todo el proceso de cada uno de nuestros tratamientos. Además, contamos con espacios terapéuticos de la mano de psicólogos especialistas en reproducción asistida. Ellos te acompañarán durante el proceso del tratamiento y durante el paso por el duelo genético.

Duelo genético y ovodonación 

Una vez tenemos claro de qué se trata este duelo y que vamos a someternos a un tratamiento de reproducción asistida, es importante hablar de la Ovodonación.

La Ovodonación es una técnica de reproducción asistida en la cual una mujer gestante recibe óvulos de otra mujer donante para ser implantados en la receptora. La gran preocupación de las mujeres que se someten a este tratamiento es que el bebé no tenga parecido físico y las implicaciones biológicas que pueden surgir de cara a un futuro. Pero hay que tener en cuenta que ser madre o padre va mucho más allá de las vinculaciones biológicas que tanto les atormentan. 

Las donantes se seleccionan de manera rigurosa y bajo unos criterios muy prudentes, para poder evitar así enfermedades genéticas u otras posibles alteraciones. Cabe destacar que a su vez, se eligen garantizando la mayor similitud fenotípica e inmunológica con la paciente, por lo que los rasgos serán muy parecidos a la misma.

Además, la genética también posee un papel fundamental en estos tratamientos, es lo que conocemos como epigenética.

El concepto de epigenética hace referencia a la modulación del genoma del bebé durante el embarazo a través del endometrio del útero materno. Con esta interacción endometrio-embrión, los genes del bebé serán modulados, influyendo así en características físicas y psicológicas del mismo. Por lo que podemos afirmar que la madre es capaz de modificar la expresión de los genes durante la gestación.

Es por esto que, el duelo genético en este proceso no debe de aislarse ya que este sentimiento puede unirse a un previo desgaste psicológico, si los pacientes se han sometido con anterioridad a otros tratamientos de reproducción asistida sin éxito.

Tomar la decisión de someterse a un tratamiento de reproducción asistida conlleva vivir un vaivén de emociones para todas aquellas parejas y mujeres que toman esta decisión. En cualquier caso, somos nosotras mismas quienes tenemos la capacidad absoluta de superar este duelo.

Hay que comprender que es un proceso emocional por el cual pasan miles de mujeres. Pero no te olvides de que si vas a ser mamá, el bebé estará dentro de ti, se alimentará gracias a ti y serás tú la que le ayudará a crecer.

Tras el nacimiento, volverás a ser tú la que le eduque y le guíe en su vida, apoyándole diariamente como lo hacen todas las madres con sus hijos.

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