Hace unos años el embarazo a partir de los 40 años era algo impensable, pero a día de hoy se ha convertido en una tendencia cada vez más común, bien por motivos personales o profesionales. Tener más de 40 años no es un impedimento para tener hijos a día de hoy. Los expertos aseguran que a partir de los 45 años es prácticamente imposible quedarse embarazada con óvulos propios, sin embargo, para este colectivo de mujeres existe la opción de recurrir a los tratamientos de reproducción asistida, como la Fecundación In Vitro con óvulos de donante.
Otra elección para preservar la maternidad con garantías es el tratamiento de congelación de óvulos. Esta técnica consiste en la congelación ultrarápida de los ovocitos cuando la mujer se encuentra en edad fértil, con el objetivo de que pueda utilizarlos en el momento que considere oportuno.
Estudios recientes afirman incluso, que ser madre a partir de los 40 puede llevar ligados beneficios para la madre y el futuro bebé.
Ventajas del embarazo a partir de los 40
La progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral ha sido uno de los motivos del retraso en la edad de la maternidad, hasta el punto de que los embarazos en mujeres de más de 40 años han aumentado un 62,3 por ciento en los últimos diez años. El embarazo a partir de los 40 lleva intrínsecos diversos beneficios.
Experiencia: La mamá de 40 años cuenta con más experiencia vivida que una mamá de 20 años. Esto es positivo para afrontar los imprevistos que vayan surgiendo una vez nazca el bebé. Las mamas a edades más tardías son pacientes y controlan cuidadosamente su gestación, además, tratan de prepararse lo mejor posible para el momento del parto.
Rejuvenecimiento: La mujer que es madre a los 40 años rejuvenece con esta experiencia. Además, proporciona una inmensa alegría, pues muchas mujeres ya habían renunciado a ser madres con esa edad, y cuando lo consiguen la satisfacción es enorme.
Mayor tranquilidad: Se dice que a los 40 años la mujer ha alcanzado un momento de máxima plenitud, y por consiguiente afronta las vivencias con mayor tranquilidad y seguridad.
Más estabilidad: Afrontar el embarazo a partir de los 40 supone vivir la maternidad en una etapa en la que por lo general la mujer es más estable económica y laboralmente.
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