Fulvia Mancini, directora médica de Clínicas EVA, ha colaborado con la web online nosotras.com, para explicar qué es y en qué casos se utiliza el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP).
El DGP es una técnica que complementa a la Fecundación In Vitro (FIV), y que permite a los expertos detectar y prevenir las posibles futuras enfermedades genéticas y malformaciones congénitas del bebé. Es, por tanto, y como explica la ginecóloga Fulvia Mancini “un método de prevención valiosísimo para evitar anomalías cromosómicas, como el síndrome de down”, siendo uno de los supuestos que más preocupa a las madres, sobre todo si superan los 40 años.
En la Fecundación In Vitro se fecundan los óvulos en el laboratorio, fuera del cuerpo de la mujer. De este proceso nacen varios embriones que serán, posteriormente, implantados en el útero materno con el objetivo de conseguir el deseado embarazo. Los embriones seleccionados por los especialistas para transferir al útero serán “los sanos, los libres de esos genes que permiten perpetuar enfermedades como el cáncer”. Aunque no todos los ciclos de FIV incluyen el DGP, aquellos que sí lo complementan con esta técnica se aseguran una mejor salud del futuro bebé y una menor tasa de abortos espontáneos.
Muchas mujeres o parejas deciden complementar la Fecundación In Vitro con el Diagnóstico Genético Preimplantacional por motivos de tranquilidad: evitando posibles abortos espontáneos y garantizando la salud del esperado hijo. Pero en Clínicas EVA, se recomienda en los siguientes casos:
- Cuando el varón padece alteraciones de la meiosis de los espermatozoides
- Para parejas con riesgo a que transmitan alteraciones cromosómicas
- Cuando exista una historia clínica de abortos
- Para parejas con historia clínica de fallo de implantación tras varios intentos de FIV
Puedes leer el artículo completo AQUÍ