En las últimas décadas, la sociedad ha ido integrando nuevos modelos de familias, como la monoparental (un solo progenitor y con descendencia). Dentro de este grupo hay que distinguir, entre las mujeres que están en esta situación por diversas circunstancias como, divorcios, separaciones, abandonos, viudedad, etc. Y las que han escogido, desde un principio, la maternidad en solitario.
Cada vez son más las mujeres que optan por este nuevo modelo de familia, debido a:
- Independencia económica y personal, por la incorporación al mercado de trabajo.
- Avances científicos en la medicina reproductiva.
- Amparo de la legislación en materia de reproducción asistida y adopción.
Estas mujeres se caracterizan por tener un fuerte deseo de ser madres, cuando no quieren o biológicamente no pueden esperar a tener una pareja. Suelen ser mujeres de entre 30 y 40 años, con un nivel socio-económico medio-alto, con un elevado nivel de compromiso, una alta percepción de control, un buen estado emocional, con adaptabilidad a los cambios y cuentan con una red de apoyo. Por lo que, la elección de ser madre en solitario, es una decisión muy meditada y planificada.
¿Es necesario el Apoyo Psicológico cuando no existe un problema de fertilidad?
Las madres solteras por elección, se diferencian de las parejas heterosexuales que acuden a las clínicas de reproducción asistida, en que no necesariamente presentan un problema de fertilidad. Por lo tanto, la problemática emocional que aparece asociada a la infertilidad, no está presente en estos casos. Sin embargo, el apoyo psicológico es igual de necesario, ya que enfrentarse a las intervenciones médicas y a la administración de los fármacos, causa el mismo malestar que a las parejas con problemas de fertilidad. Además, el fuerte deseo de ser madres y las altas expectativas de éxito, pueden jugarles una mala pasada, en las ocasiones en las que son necesarios varios ciclos de tratamientos, causándoles, sentimientos negativos, frustración, ansiedad, estado de ánimo bajo, etc. Asimismo, al no poder compartir sus sentimientos ni contar con el apoyo directo de una pareja, estos síntomas pueden agravarse.
Por otro lado, también es importante el asesoramiento psicológico para dar claves sobre la adaptación a la maternidad en solitario, ya que el mayor reto al que se enfrentan estas mujeres es a la conciliación de la vida laboral y familiar. También, para informar cómo deben tratar el tema de los orígenes y la ausencia de figura paterna. Esto suele ser lo que más preocupa a estas mujeres, porque temen que pueda tener consecuencias negativas para sus hijos.
De esta manera, la atención psicológica se hace imprescindible también en estos casos, para asesorar, informar, resolver dudas y dar apoyo a estas mujeres, facilitarles el paso por los tratamientos, disminuir el malestar y mejorar su calidad de vida.
