El auge de la maternidad en solitario

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maternidad en solitario

Los cambios laborales y sociales de la actualidad han hecho que cada vez sean más las mujeres que, a pesar de no tener pareja, decidan tener un hijo y optar por la maternidad en solitario. Son muchos los motivos (sentimentales, profesionales…) por los que las mujeres toman esta decisión,  y cada una tiene el suyo propio. Lo que sí tienen en común es que, por lo general, estas mujeres superan  los 35 años, edad en la que no se plantean retrasar más su reloj biológico.

El modelo de familia monoparental es una tendencia en auge en España, una elección meditada por aquellas mujeres que eligen concebir sin una pareja mediante la ayuda de la reproducción asistida. El aumento de las técnicas de fertilidad para esta opción es evidente: la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) calcula que aproximadamente un 20% de las mujeres que acuden a las clínicas de reproducción asistida lo hacen sin pareja.

En algunas mujeres pueden surgir dudas previas sobre si el hecho de ser madre soltera pudiera afectar, de algún modo, al bebé. Pero lo realmente importante para un niño es el ambiente en el que nazca: un ambiente estable, feliz y lleno de cariño, lo que puede proporcionar perfectamente una madre soltera.

Técnicas de reproducción asistida para la maternidad en solitario

Inseminación artificial con semen de donante (IAD)

Es una técnica de fertilidad sencilla en el que se utilizan los espermatozoides de un donante anónimo a través de un banco de semen, para posteriormente inyectarlos -mediante una cánula especial- en el útero de la futura madre. Es sencilla y eficaz debido a la selección de los espermatozoides, que son de alta calidad, ofreciendo una probabilidad de éxito elevada.

Fecundación In Vitro

Se une el espermatozoide de un donante y el óvulo de la mujer en una placa de laboratorio para crear los mejores embriones que, posteriormente, serán transferidos en el útero materno. A diferencia de la Inseminación Artificial, el proceso de fecundación no tiene lugar en el aparato reproductor femenino, sino que se realiza en el laboratorio. La fecundación puede llevarse a cabo mediante la técnica convencional, y a través de la técnica ICSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides). Siempre según diagnóstico médico y la valoración del especialista, se decide cuál es la técnica adecuada para cada caso. La ICSI mejora la tasa de embarazo al seleccionar, en el laboratorio, el mejor espermatozoide que después se microinyecta en el óvulo. Así, la inseminación es más directa, aumentando la probabilidad de éxito.

Ovodonación

Por muchos motivos, la maternidad se retrasa cada vez más y, a medida que pasan los años el ovario pierde su capacidad de producir ovocitos imprescindibles para lograr el embarazo. En la Fecundación In Vitro con óvulos de donante, se recurren a ovocitos sanos y de buena calidad, donados por mujeres anónimas que serán fecundados por espermatozoides de la pareja (o de un donante masculino anónimo). Gracias a la calidad de los óvulos donados, esta técnica proporciona altas tasas de embarazo para todas aquellas mujeres que no quieren renunciar a su derecho de formar una familia y elegir la maternidad en solitario.

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